Comer o no comer, esa es la cuestión – 2


Ya comentamos por aquí con anterioridad que la única intervención demostrablemente efectiva para retrasar el envejecimiento es la conocida como restricción calórica, la reducción de la ingesta de calorías en la dieta sin caer en la malnutrición.  También advertíamos que los supuestos beneficios de una dieta baja en calorías para los humanos estaban aún lejos de estar bien asentados. Ni siquiera la generalización en la que repetidamente caemos de que este efecto se reproduce en muy distintos organismos, desde la levadura hasta los mamíferos, está libre de matizaciones y excepciones. Pese a todas estas premisas de precaución necesarias, son muchos los laboratorios de investigación y las compañías farmacéuticas interesadas en este fenómeno, incluso aunque no entendamos bien cómo funciona.

Un aspecto destacable de la restricción calórica es que protege frente a diversas enfermedades y procesos patológicos, como el daño hepático y renal, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, las infecciones virales, y de manera importante, frente al cáncer (ver revisión sobre los efectos de la restricción calórica sobre la salud 1). Como es de imaginar, esta faceta de la restricción calórica es de enorme interés y está en línea con una tendencia muy de moda, la de considerar la dieta como un aspecto fundamental sobre el que incidir en el tratamiento del cáncer. Dicho esto, pese a que la dieta ofrece unas oportunidades potenciales de intervención terapéuticas muy atractivas, aún estamos muy lejos de entender la relación entre dieta, metabolismo y cáncer como para poder plantear ninguna estrategia efectiva. Por tanto, aquellos consejos que se encuentren por internet o leyendo libros de autoayuda, con recomendaciones en este sentido, son pura charlatanería, además de peligrosos.

En este sentido, quizás convenga hacer un inciso para recordar la figura de David Servan-Schreiber, psiquiatra francés y autor de best-sellers tan conocidos (y exitosos comercialmente) como “Anti-cáncer”, destacado en todas las estanterías de las librerías. Diagnosticado de un tumor cerebral, Servan-Schreiber se dedicó a difundir magufadas relacionadas con la alimentación y un espíritu positivo. Sus ideas de protección frente a prácticamente cualquier tipo de cáncer a través de la dieta, sus denuncias de los temibles efectos de los teléfonos móviles provocando tumores cerebrales, sus consejos esotéricos para contrarrestar hasta el más maligno de los tumores, se sustentaban, siendo benévolos, en un ánimo voluntarioso pero no basado en evidencias sólidas que digamos. Pese a ello, por los insondables caminos que llevan al éxito a aquellos que deciden difundir las más peregrinas ideas relacionadas con la salud, sus postulados fueron difundidos ampliamente y han calado hondo en mucha gente que está ahora dispuesta a creer a pies juntillas en el poder cuasi mágico de la dieta y el pensamiento positivo. Eso, incluso tras la muerte el año pasado del susodicho David Servan-Schreiber por su tumor cerebral.

Volviendo al tema que nos ocupa, lo más sorprendente es que la restricción calórica aporta toda esta serie de beneficios para la salud mas allá de sus efectos prolongadores de la longevidad. Los experimentos en laboratorio se realizan fundamentalmente con ratones, pero los animales que se usan son cepas genéticamente puras adaptadas al laboratorio tras muchos años de cruces entre individuos de la misma cepa. Por ello, el laboratorio que dirige Steven Austad en la UTHSC de San Antonio, Texas, EEUU, decidió hace unos años estudiar este fenómeno de la restricción calórica en ratones más próximos a los que podemos encontrar en la naturaleza. Sus conclusiones fueron sorprendentes (2). Primero de todo, observó que los ratones “naturales” no responden  prolongando su vida del mismo modo que lo hacen los de laboratorio. Pero, eso sí, están más protegidos frente al desarrollo de cáncer. Estos resultados implican que la reducción de calorías en la dieta puede disparar mecanismos de respuesta que quizás sean capaces de protegernos frente a enfermedades como el cáncer y, de manera independiente, quizás puedan también incidir sobre nuestra expectativa de vida. Pero ambos aspectos bien podrían ser separables.

Además de restricción calórica, disminuyendo el número de calorías, también se han intentado otra serie de alteraciones de la dieta para estudiar tanto sus efectos en la salud como su posible incidencia sobre la longevidad. De este modo, existe investigación en restricción calórica, ayuno intermitente (comer hasta hartarse día sí/día no), e incluso ayuno agudo (no comer nada un periodo de tiempo determinado). Uno de los hallazgos más recientes en esta área es el realizado en el laboratorio de Valter Longo, investigador de la USC de California, EEUU, quien propone que un ayuno total, pero no prolongado en el tiempo, podría resultar beneficioso para contrarrestar el efecto negativo de la quimioterapia sobre las células sanas de los pacientes de cáncer (revisado en 3). Lo que este investigador plantea es que de algún modo, el ayuno agudo induce una respuesta de protección celular que es diferencial entre las células sanas y las tumorales, debido a que la acción de los oncogenes activados presentes en las células tumorales impide que las células monten esta respuesta. Al final, el resultado es que las células sanas se protegen eficientemente frente a los efectos perjudiciales de la quimioterapia gracias a la respuesta inducida por el ayuno, mientras que las células tumorales son más sensibles porque impiden esa respuesta de protección disparada por el ayuno. Si aún no se han perdido llegados a este punto, el grupo que lidera Valter Longo le ha dado una vuelta de tuerca más a estas investigaciones y describe ahora que la restricción calórica no solo protege a las células normales de los efectos perjudiciales de la quimioterapia, si no que además hace que esa quimioterapia sea más efectiva frente a las células tumorales (4). De nuevo, “¡¡¡no intenten esto en casa!!!”. Alterar la alimentación normal es siempre peligroso, pero aún más cuando existen estados patológicos, y peor cuando estos son tan graves como lo son en el caso de pacientes de cáncer. De hecho, la American Cancer Society recomienda a los pacientes de cáncer sometidos a quimioterapia que aumenten la ingesta de calorías y proteínas, y por tanto esta es la recomendación más sensata en estos momentos.

Existen estudios clínicos controlados con pacientes en marcha para evaluar el efecto de esta estrategia de ayuno agudo como método de mejorar las condiciones de respuesta a la quimioterapia y, si en algún momento se llega a demostrar su efectividad y a entender cómo funciona, podría emplearse en clínica; pero aún es pronto para ello.

Referencias

1 – Una intensiva revisión sobre la restricción calórica y sus efectos sobre la salud:

Spindler SR. (2010) Caloric restriction: from soup to nuts. Ageing research reviews, 9(3), 324-53. PMID: 19853062

2 – Los efectos de la restricción calórica en ratones más próximos a los que se encuentran en la naturaleza y protección frente al cáncer:

Harper JM, Leathers CW, & Austad SN. (2006) Does caloric restriction extend life in wild mice?. Aging cell, 5(6), 441-9. PMID: 17054664

3 – Revisión sobre los efectos de la restricción calórica o el ayuno en la protección frente a la quimioterapia:

Lee C, & Longo VD. (2011) Fasting vs dietary restriction in cellular protection and cancer treatment: from model organisms to patients. Oncogene, 30(30), 3305-16. PMID: 21516129

4 – Nuevo artículo sobre el efecto del ayuno en quimioterapia:

Lee, C. (2012) Fasting Cycles Retard Growth of Tumors and Sensitize a Range of Cancer Cell Types to Chemotherapy. Science Translational Medicine. DOI: 10.1126/scitranslmed.3003293

Esta entrada fue publicada primero en amazings.es

22 opiniones en “Comer o no comer, esa es la cuestión – 2”

  1. Muy interesante tu artículo.
    Sin embargo como a mí me gusta polemizar, voy a empezar por Anticáncer. Es un libro que lo leí con mucho interés. Compartía con él muchas opiniones sobre alimentación y cáncer y además menciona un artículo de Jay Gould: «la mediana no es el mensaje» que yo acaba de leer hacía poco. También menciona los estudios de Cheng Cui que yo había leído en internet y me parecian un descubrimiento extraordinario. Opino que no hay libro tan malo que no tenga algo bueno, y Anticáncer tiene bastantes cosas buenas. Sentí y me impresionó mucho su muerte y no creo que ésta tenga que influir en la valoración del libro. El nunca dijo que curara el cáncer.
    Saludos, Julián

    1. Nunca dije que ese libro sea 100% basura. Probablemente se pueda reciclar el papel y darle un buen uso. Estar dispuesto a creer a cualquier indocumentado por el hecho de decir cualquier chorrada que suene extraña y no la evidencia sólida producto de enorme cantidad de trabajo de numerosos científicos de primer orden, siempre me pareció una tendencia peculiar.

      Y si no dijo que curara el cáncer … tendrás que reconocerme que se le parece mucho:

      «This book is above all my testimony as a witness and fellow sufferer. I had cancer. I’m cured now, and I wanted to share what I learned with other people. Being a doctor doesn’t protect you from cancer. But because I’m a doctor and a scientist, I was able to take my knowledge to its limits and learn to look after myself. I wanted to write the book I would have liked to read – the book that, if it had existed, would have helped me to avoid falling ill, and that would have helped me learn very quickly how to give my cancer treatments the best possible chance of working.»

  2. Tengo la edición de Espasa Calpe 2008.
    Pág. 17: En este libro se describen métodos curativos naturales que contribuyen a prevenir el desarrollo del cáncer, bien a potenciar su tratamiento, y que se han de entender como un complemento de los métodos convencionales.
    Pág, 22: .. a fecha de hoy no existe un enfoque alternativo que sirva para curar la enfermedad del cáncer
    Pág. 41: No existe ningún método natural que cure el cáncer.
    Lo de los teléfonos móviles en mi libro no lo veo.
    Llamar indocumentado a una persona que acompaña sus afirmaciones con 30 páginas de referencias bibliográficas me parece una exageración. ¿No sería mejor tratar de analizar lo que es correcto y lo que no lo es?
    Yo no conocía el EMDR y cuando lo leí en Anticáncer me pareció muy interesante y lo creí. Después he leido que es una seudociencia.
    Lo que cuenta de Judah Folkman, el descubridor de la angiogénesis, supongo que reconocerás que es cierto.
    slds

    1. «I had cancer. I’m cured now». A buen entendedor, pocas palabras bastan. Pregunta a 10 personas que hayan leído su libro y/o le hayan oído hablar si este tipo decía que sabía cómo prevenir y curar el cáncer. Seguro que más de uno te dice que sí.
      El número de referencias con las que acompañas tus afirmaciones no es directamente proporcional a la certidumbre y veracidad de las mismas. Yo puedo decir que los elefantes vuelan y adjuntar 1000 citas bibliográficas y eso no hace mi afirmación más veraz.
      Indocumentado no es solo quien no aporta referencias que apoyen sus afirmaciones. Indocumentado es también quien hace afirmaciones sin tener ningún documento que acredite tener una mínima formación y experiencia en el campo en el que se desarrolla su afirmación.

  3. Yo tuve cáncer.Ahora estoy curado. Tuvo cáncer, lo operaron.Tuvo una recaída y cuando escribió esto habían pasado siete años desde la recaída.Los oncólogos consideran 5 años sin recaída como cura. Otra cosa es que realmente no estaba curado, pero ni él ni los oncólogos lo sabían.

    1. «But because I’m a doctor and a scientist»

      ¿Perdón? ¿Científico? ¿Qué artículo científico hizo este señor sobre cáncer? ¿Doctor? ¿Cuál era su especialidad? Ah, que era psiquiatra …

      «I was able to take my knowledge to its limits and learn to look after myself»

      ¿Se puede ser más pretencioso? Llevar MI conocimiento a sus límites y aprender a cuidar de mi mismo. Pues no parece que SU conocimiento le llevase muy lejos.

      «I wanted to write the book I would have liked to read – the book that, if it had existed, would have helped me to avoid falling ill»

      ¿Así que se creía que su libro ayudaba a impedir caer enfermo? Pues entonces quizás hubiese sido más efectivo que hubiese compartido con el resto de la comunidad científica, compuesta por pobres y simples científicos que desgraciadamente no poseen tanto conocimiento, sus enseñanzas, para que otros hubiesen podido continuar con el sendero abierto por él.

      «and that would have helped me learn very quickly how to give my cancer treatments the best possible chance of working»

      De nuevo, qué pena que todo ese conocimiento tan eficaz no lo compartiese con el resto de la comunidad científica y que no se esforzase en hacérselo entender.

      Lo peor de estos ejemplos de charlatanes es que hacen mucho daño haciendo pasar por conocimiento, por ciencia, sus revelaciones de iluminados y siempre encuentran gente dispuesta a creerlos y a no creer a los que trabajan honradamente y no hacen magia.

  4. No conozco a nadie que haya leído el libro, pero yo si lo he leído y algunos capítulos como el 8 varias veces y nunca dice que cure el cáncer. Sobre si lo ha dicho de palabra no puedo opinar porque no lo sé, pero me cuesta creerlo.

  5. El dice que es científico pero no dice que sea oncólogo.Tiene varios artículos científicos.Uno por ejemplo sobre el córtex prefrontal que realizó junto con Jonathan Coen.
    Sigo pensando que hubiera sido mejor comentar los fallos y los aciertos del libro.

  6. Muy interesante lo de que el ayuno cree un mecanismo de protección contra la quimioterapia en las células sanas y no en las tumorales. Longo dice que además es más efectiva la quimioterapia en las células tumorales.
    A esto último yo solo le veo dos explicaciones.Una me parece demasiado evidente y no creo que sea.Si las células sanas se protegen contra la quimioterapia durante el ayuno entiendo que es porque de alguna forma impiden que ésta penetre en ellas o lo haga en menor cantidad con la lógica consecuencia de que queda mas cantidad del quimiotóxico disponible para las tumorales.
    Otra causa puede ser que el ayuno no solo proteja a las sanas sino que debilite a las tumorales de alguna manera.
    Una cosa que he leído y no sé si es cierta es que las células tumorales no pueden utilizar los cuerpos cetónicos que se producen durante el ayuno.
    Slds, Julián

  7. Hola Manuel, el blog es excelente, sobre todo por la seriedad, metodologia y que no pretende vender nada.
    Tengo una duda:
    Se ha estudiado la restriccion calorica en animales adultos y ha funcionado igual que desde que eran crias?

  8. Véase en Manuel una mentalidad científica rigurosa, cosa no tan extendida como debería y, sin embargo, muy necesaria si pretendemos seguir avanzando. Una vez más, quedo a la ansiosa espera de la próxima entrega.

    A pesar de estar perdiendo mi liderazgo estadístico de comentarios en tu blog, cordialmente se despide
    este fiel lector.

    Un saludo!

  9. Muy curioso el estudio de Steven Austad pero de cara a su aplicación a los humanos creo que solo consigue liar más la cosa.
    Pienso que en vez de hacer tantos estudios en ratones con restricción calórica y ayuno intermitente sería más interesante hacer estudios en grupos humanos como los cartujos que hacen ayuno intermitente desde el año 1084 con breves interrupciones.Quizás no fueran muy precisos pero serían de más utilidad.
    Los cartujos hacen dos comidas al día con un intervalo entre comida y cena de 17 horas.
    En ratones se ha estudiado el ayuno intermitente diá sí dia no, o sea de 48 horas 24 de ayuno. los cartujos en 48 horas hacen 34 de ayuno.
    Un saludo Julián

  10. Se ha hablado mucho de un estudio reciente de que la restriccion calorica no funciona en monos aunque he leido en otros estudios que si funciona, que crees de este estudio?, se nos acaban las herramientas si la restriccion calorica no funciona? (aunque como cientifico siempre queda algo que investigar!), agradeceria su opinion.
    saludos desde Cuba
    Yuri

    1. Gracias por el comentario Yuri. Perdona que no haya contestado antes y que no lo haga ahora en profundidad (no me llega el tiempo). Solo decirte que este estudio nuevo publicado en Nature y que culmina un experimento que ha llevado 30 años parece dejar claro que la restricción calórica posiblemente no funcione. Hay muchas detalles que pueden haber influido hasta ahora en esa teórica actividad prolongadora de la vida de este protocolo de reducción en la ingesta de calorías. Al menos esto debe llevarnos a tomar el campo de la restricción calórica con más cautela de la que se ha tenido hasta ahora.
      Existía ya un artículo, no tan llamativo porque no se publicó en Nature y no se hizo con monos, que cuestionaba el efecto de la restricción calórica sobre ratones que tan claro parecía tener todo el mundo. Un grupo se dedicó a intentar reproducir esos resultados utilizando montones de cepas de ratones distintas (lo que sería equivalente a usar humanos de distintas razas o procedencias) y a analizar los efectos de la restricción calórica. La conclusión fue que para la mayoría de ellos, la restricción calórica no produjo un efecto beneficioso e incluso en muchos casos el efecto fue negativo.
      Como siempre, hay que seguir investigando.
      Un saludo!

  11. Poniendome en la piel de alguien que está en una situacion desesperada opino muy diferente al posteador: yo no esperaria 20 años (porque no podria) a que cierto nuevo paradigma este completamente estudiado y aceptado. Me arriesgaria a explorar los nuevos paradigmas antes de que se sepa si eran o no correctos. Porque sé que los paradigmas viejos son dificiles de voltear y los nuevos son lentos (y caros) de imponerse. Intentaría personalmente encarar tratamientos con variantes que personalmete me convenzan de acuerdo a mi intuicion/ conocimiento. Investigaria cuales son todos los potenciales nuevos paradigmas candidatos en danza y luego decidiría por el mejor: aunque le falten años de testeo. El posteador no entiende que el paciente se esta muriendo.

    Atarme al paradigma imperante seria mi opción, seguro, pero en los casos en que las chances de exito de seguir dicho paradigma fuesen altisimas. Lo cual sucede para algunos tipos de cancer. Pero para mi sería inaceptable no auto-experimentar si estoy en una situacion para la que el paradigma actual me da solo 20 o 30% de chances de cura.

    En todos los casos, la restriccion calorica convinada con quimioterapia para mi puede prometer mucho (incluso si el efecto tiene raices psicologicas: un paciente con 7 o 5 dias previos de ayuno claramente tuvo que tener mucha fuerza de voluntad)

    Los resultados en ratones no garantizan nada y no son capaces de sondear el efecto psicologico (fuerza de voluntad) que existe en humanos. Pero si tengo que arriesgarme lo haria sobre el tipo de estrategias que parece servir en roedores: a falta de pruebas en humanos que AL MENOS funcione en otro tipo de organismos. Ademas lo bueno de las pruebas exitosas sobre ratones es que no pueden ser asignadas a efecto placebo, sugestion, aspectos psicologicos, etc.

    La frase del post:

    «Alterar la alimentación normal es siempre peligroso, pero aún más cuando existen estados patológicos, y peor cuando estos son tan graves como lo son en el caso de pacientes de cáncer. De hecho, la American Cancer Society recomienda a los pacientes de cáncer sometidos a quimioterapia que aumenten la ingesta de calorías y proteínas, y por tanto esta es la recomendación más sensata en estos momentos.»

    ¿siempre peligroso? «Siempre» es una palabra muy fuerte para usar en lo cientifico: requiere evidencia. Y no basarse solo en una «recomendacion»: Para poder decir «siempre» cientificamente sería necesario haber hecho un estudio gigante con pacientes de quimioterapia ingiriendo distintos tipos de restricciones caloricas. Pero en el post se acepta que este estudio full y gigante jamas fue hecho. Si el «siempre» fuera cientificamente probado (y no una «recomendacion» en base a prejuicios mas o menos justificados por el sentido comun) entonces ya nadie investigaria sobre la restriccion calorica en quimioterapia y la realidad muestra otra cosa: (un solo ejemplo reciente)

    http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3735710/

    Igual, en general muy buen post.

  12. Creí que deberías ver los dos documentales donde aparece Valter Longo, al que tu has puesto aquí en tu enlace, en uno de los videos El ayuno documental francés de la cadena artecanal,Valter no sólo dice lo que tu has puesto aquí, sino que también, desafiaba a cualquier laboratorio a q creara un cóctel de remedios que más eficiente y capaz de eliminar solamente las células tumorales y dejar la ps células sanas, algo que el veneno de la quimioterapia no hace…

  13. Guillermo :
    Creo que deberías ver los dos documentales donde aparece Valter Longo, al que tu has puesto aquí en tu enlace, en uno de los videos El ayuno documental francés de la cadena artecanal,Valter no sólo dice lo que tu has puesto aquí, sino que también, desafiaba a cualquier laboratorio a q creara un cóctel de remedios que más eficiente y capaz de eliminar solamente las células tumorales y dejar la ps células sanas, algo que el veneno de la quimioterapia no hace…

    1. No estoy seguro de entender al 100% tu comentario Guillermo. No creo que necesite ver a Valter Longoria en ningún documental, me basta con verlo en persona en conferencias científicas (lo conozco) y leer sus artículos científicos. La tele es un mecanismo muy poderoso de divulgación y comunicación, pero no sirve para difundir resultados científicos. No entiendo muy bien que es lo que dices que él defiende o que tú defiendes, lo siento, aunque entiendo que intentas decir que la quimioterapia es mala o algo así. En fin, hay quimioterapia que cura, no sé qué es eso otro que tú defiendes.
      Gracias y un saludo.

Deja un comentario