Necesitamos sangre joven – Retractado!


No hace mucho tiempo publicamos en este mismo blog una entrada basada en una espectacular investigación llevada a cabo por el grupo de Amy Wagers, del Joslin Diabetes Center y de la Universidad de Harvard, que fue publicada en la muy prestigiosa revista Nature. De manera resumida, el artículo venía a demostrar que el envejecimiento de las células madre sanguíneas se produce como consecuencia de señales sistémicas (que se expanden por todo el organismo) y que afectan de manera particular a los “nichos” de las células madre, los entornos físicos en los que estas células madre residen, se dividen y son instruidas. Un organismo envejecido produce señales que se difunden a través del torrente sanguíneo, alteran los nichos, y estos nichos envejecidos son los responsables de que las células madre sanguíneas pierdan sus capacidades, por ejemplo, las de repoblar todo el sistema hematopoiético. Además de ofrecernos una visión detallada del proceso de envejecimiento y sus efectos sobre las células madre del organismo, nos aportaba una nueva vía a explorar en la búsqueda de métodos de rejuvenecimiento que, a la vista de estos resultados, podían parecer más cercanos y factibles.

Hoy, 14 de Octubre, el nuevo número de esta semana de la revista Nature incluye una retractación de dicho artículo. No es la primera vez y, por desgracia, no será la última que algo así sucede. El daño que un hecho así provoca a la comunidad científica es inmenso, puesto que la investigación de todos los grupos está siempre basada en lo publicado anteriormente por los demás, y por tanto sus líneas de investigación pueden verse seriamente trastocadas, además de representar un serio revés a la credibilidad de toda la comunidad.

Actualización: Un día después de haber aparecido esta nota de retractación en la revista Nature, aparece hoy en otra revista, Blood, una “nota de cuidado/preocupación” (notice of concern) que afecta a un artículo publicado en el 2008 en esa revista y del cual son autores Shane Mayack (la primera firmante del artículo de Nature que NO firmó la nota retractándose del artículo) y Amy Wagers (la directora de ambos estudios). Por cierto, Mayack ha dejado de pertenecer al laboratorio que dirige Wagers con fecha 1 de Octubre.

Parece ser que Amy Wagers fue alertada de que existían serias dudas acerca de los datos publicados en el trabajo en Nature, por lo que se puso a revisar lo allí descrito. Al perder la confianza en los resultados que habían sido publicados decidió comunicar sus dudas a su institución, el Joslin Diabetes Center y la Universidad de Harvard, y a la revista Nature inmediatamente. En un email dirigido a Nature News, Amy aseguraba:

The integrity of the scientific process and my research is my highest priority, and I have acted to ensure that any errors in the record are fully corrected”.

La integridad del proceso científico y de mi investigación es mi mayor prioridad, y he actuado para asegurarme de que los errores existentes sean totalmente corregidos”.

 

Shane R Mayack, la autora bajo sospecha

Ahora, de nuevo, Wagers asegura en su nota en Blood que una investigación interna le lleva a concluir que existen serias dudas sobre los datos publicados en esa revista. Por el momento, los editores de Blood ponen “en cuarentena” el artículo mientras revisan la veracidad y validez de los resultados publicados.

Una rápida inspección por los editores de Nature de ambos artículos revela una turbadora similitud entre dos figuras de ambos trabajos. Juzguen por ustedes mismos …

 

¿Parecidos razonables? (NatureNews)

– El artículo original:
Mayack SR, Shadrach JL, Kim FS, & Wagers AJ (2010). Systemic signals regulate ageing and rejuvenation of blood stem cell niches. Nature, 463 (7280), 495-500 PMID: 20110993

– La nota de retractación en Nature:
Shadrach JL, Kim FS, & Wagers AJ (2010). Systemic signals regulate ageing and rejuvenation of blood stem cell niches. Nature, 467 (7317), 872 doi:10.1038/nature09474. (Nótese la falta del primer firmante del artículo original).

– Más sobre esta noticia en Nature News:
Stem cell papers under suspicion

– Artículo en The New York Times sobre este asunto:
3 Harvard Researchers Retract a Claim on the Aging of Stem Cells

– Blog recomendado dedicado en exclusiva al mundo de las retractaciones:
Retraction Watch: http://retractionwatch.wordpress.com/

Necesitamos sangre joven


El envejecimiento de los organismos multicelulares se caracteriza por un declive progresivo en la capacidad regenerativa y de reparación de nuestros tejidos que resulta en la pérdida de funcionalidad. Estas deficiencias son la base de la fisiología del envejecimiento de nuestros tejidos, y causan por ejemplo una reducida capacidad de reparación del músculo, una masa ósea disminuida, y la desregulación de la formación de todos los tipos celulares que forman la sangre, lo que se denomina el sistema hematopoiético.

 

Esquema del sistema hematopoiético a partir de una célula madre

 

Desde hace unos años se le sigue la pista, como principal sospechosa detrás de este proceso, a la pérdida de funcionalidad de las células madre adultas de los tejidos. En el caso del sistema hematopoiético, la madre de todas las células se denomina LT-HSC y es capaz de generar todos los tipos celulares que componen la sangre mediante la diferenciación primero a progenitores y, posteriormente, a cada tipo celular especializado, además de autorrenovarse para mantener el número necesario de LT-HSCs. Una de las hipótesis más comúnmente aceptadas es que esta pérdida paulatina de capacidad de reparación y regeneración de los tejidos durante el envejecimiento reflejaba una pérdida de funciones de las células madre de los tejidos. Esto ha llevado que numerosos grupos se hayan centrado en intentar identificar primero las células madre de cada tejido, para posteriormente estudiar cuáles son las diferencias que podrían estar detrás de esta pérdida de funcionalidad.

 

Amy Wagers

 

Sin embargo, un hallazgo sorprendente fue el realizado por el grupo de Amy Wagers, del Joslin Diabetes Center y de la Universidad de Harvard, a principios de este año en un artículo publicado en la revista Nature, cuando identificó la existencia de señales sistémicas (es decir, producidas a lo largo y ancho del organismo) que afectan a los denominados “nichos”, envejeciéndolos, condicionando así el funcionamiento de las células madre, en su caso, de las LT-HSC. La otra cara de esta misma investigación, es que exponer los nichos envejecidos a señales propias de organismos jóvenes permite el rejuvenecimiento de las funciones de las células madre, pasando a mostrar estas las funcionalidades propias de células madre jóvenes, como son las de reconstituir por completo el sistema hematopoiético del organismo.

 

Ratones parabióticos

 

La forma en la que el grupo de Amy Wagers pudo demostrar esto es mediante el uso de parejas parabióticas, en las que dos organismos son forzados a compartir un mismo flujo sanguíneo, un experimento que parece más propio de la ciencia ficción. Cuando los ratones que forman la pareja parabiótica son uno joven y otro viejo, las señales procedentes del ratón joven permiten al ratón viejo rejuvenecer sus nichos y estos, permitirán que las funciones de las LT-HSC también adquieran característica propias de células madre jóvenes.

Estos nichos son entornos anatómicos más o menos definidos en donde las células madre encuentran su hogar, reciben las señales adecuadas y llevan a cabo sus divisiones celulares asimétricas, que son las responsables de la generación de células progenitoras, más diferenciadas y que proseguirán su camino de diferenciación hacia el tipo celular concreto que se necesite, y a nuevas células madre, para mantener su número a lo largo del tiempo.

El tipo de señales presentes en los organismos envejecidos y que altera los nichos de las células madre, fue identificado en este trabajo como el factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1), puesto que bloqueando experimentalmente este factor, se conseguía revertir el fenotipo envejecido de las LT-HSC.

Este trabajo abre prometedoras expectativas relacionadas con un mejor entendimiento de las señales producidas durante el envejecimiento que pueden llevar a la pérdida de funcionalidad de las células madre de los tejidos, y a la identificación de las dianas reales de estos factores y que son en realidad las responsables del mal funcionamiento de las células madre de los tejidos. Por supuesto además, ofrece toda una vía de exploración de estrategias para conseguir la muy deseada fuente de la eterna juventud.

Systemic signals regulate ageing and rejuvenation of blood stem cell niches

Shane R. Mayack, Jennifer L. Shadrach, Francis S. Kim & Amy J. Wagers

doi:10.1038/nature08749

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